Muchas veces probamos a cambiarlas de sitio, y ese es un error a evitar; a las plantas de interior les cuesta mucho esfuerzo adaptarse a un sitio, y notan todos los cambios, no olvides que son seres vivos. Si cambiamos de sitio una planta, tenemos que vigilarla las primeras semanas y ver si sigue con su ritmo habitual de crecimiento.
En cualquier caso, si estrenas casa, o si empiezas con las plantas, o no tienes demasiado tiempo, lo mejor es comenzar con plantas que sean fáciles de cuidar: que necesiten pocos cuidados o poco riego.
Las plantas de interior más fáciles son aquellas que son resistentes en lugares con no demasiada luz, o con penumbras, como la mayoría de los pisos de ciudad.
Para este tipo de plantas existen una serie de premisas a tener en cuenta:
- Si las compramos más desarrolladas, más resistentes serán. Son plantas maduras que necesitarán menos cuidados.
- Hay que dejarlas que se hagan a una ubicación. En caso de que no prospere, las colocaremos en un lugar con más luz. No confundir luz con impacto directo del sol.
- Tenemos que mantenerlas lejos de las corrientes de aire, cuidado con las ventilaciones y las puertas y ventanas.
- Hay que regar con moderación pero intentar mantener la humedad.
- Las hojas tienen que estar limpias, así estarán más sanas.
Ejemplos de plantas de interior fáciles de cuidar:
Asparagus
Dracaena
Bromelia
Ficus
Dypsis
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