Es una de las flores más bellas y más queridas, por su figura extravagante formada por tres sépalos externos y tres pétalos internos.
La principal característica de las orquídeas es que casi nunca están colocadas en tierra. Uno de los grupos más numerosos de orquídeas son las epifitas, que en su hábitat natural se sustentan en las ramas y troncos de los árboles sin llegar a ser parásitas, ya que sólo lo hacen por comodidad y para aprovechar mejor las condiciones de luz y ventilación. Estas son las que más encontramos en las floristerías y, por tanto, en nuestros hogares. Pero podemos encontrar dos ramas más: las terrestres y las litófitas, que toman las rocas y piedras para sustentarse.
¿Cómo cuidar una orquídea en casa?
Agua y luz son los aspectos más importantes a tener en cuenta. Tienen que tener mucha luz, pero nada de luz directa del sol. Si la colocamos al lado de una ventana estará bien, pero si en algún momento del día entra el sol directo, esta luz debe ser atenuada por cortinas o visillos.
Con el agua tenemos que tener mucho cuidado, porque el agua de nuestros grifos tiene mucha cal , y es que las orquídeas necesitan aguas blandas. Así que lo más recomendable es usar agua mineral embotellada. No te preocupes, porque no necesita demasiado riego. Lo recomendable es un vasito de agua por maceta una vez a la semana.
Truco 1: si vemos que las raíces están verdes, es que no necesitan más agua y si, por el contrario, están amarillentas, es que la planta tiene sed.
Truco 2: podemos colocar debajo de la maceta otro recipiente con agua y bolitas de arcilla para mantener la humedad.
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